Encuentro Arrecife 2025: Fortaleciendo la justicia socioambiental

El papel central de la filantropía comunitaria en el fomento de la colaboración y las respuestas locales.

Participantes del Encuentro Arrecife 2025 reunides para impulsar soluciones socioambientales lideradas por las comunidades. (Foto: Alejandro Mejía/FASOL)

Los días 27 y 28 de febrero de 2025, se llevó a cabo en México el Encuentro Arrecife 2025, una iniciativa que reunió a fondos y fundaciones mexicanas comprometidas con la filantropía comunitaria. El evento, promovido entre otros, por el Fondo Acción Solidaria A.C. (FASOL), fondo mexicano y miembro de la Alianza, funcionó como un espacio estratégico de reflexión y abordó temas como la relación entre la agenda global y la acción local, destacando el papel esencial de los fondos comunitarios en el fortalecimiento de soluciones socioambientales lideradas por las comunidades.

Carmen Genis Gómez, Coordinadora de Incidencia y Vinculación de FASOL, participó en el panel “Aportes de la filantropía comunitaria desde lo local a los grandes temas de la agenda global”, donde se resaltó la importancia de visibilizar las iniciativas locales y la necesidad de fortalecer la autonomía de las comunidades en la gestión de recursos y soluciones para desafíos socioambientales.

Arrecife es una alianza mexicana que reúne fondos y fundaciones empresariales, familiares y fondos temáticos, con el objetivo de fortalecer la filantropía comunitaria y fomentar la colaboración entre diversos actores del ecosistema. Para Carmen, la colaboración entre organizaciones locales, organizaciones fortalecedoras, inversionistas sociales, grupos de base y comunitarios debe estar en el centro de una filantropía que responda a los desafíos actuales:

Hemos llegado a un tiempo en que las crisis social, climática, económica y política confluyen, generando un panorama adverso. Ante esta realidad, reconocemos que debemos reinventarnos: es a través de la creatividad y la reflexión que podremos proponer nuevas estructuras sociales. La filantropía es uma de estas estructuras que debemos revisitar. Es fundamental replantear nuestro rol en el ecosistema global filantrópico, poniendo al centro la colaboración con los diferentes actores“.

El poder de la comunidad: Resultado visual del manifiesto construido durante el encuentro en México.

Lo que proponemos desde México es una filantropía que pueda ver y reconocer a todos estos actores, que teja redes y espacios colaborativos horizontales donde cada aportación importa igual o más que los recursos económicos pues, sin ese tejido social, sin la organización de la que somos parte, ningún cambio será posible“, reflexiona ella.

Justicia socioambiental y experiencias de fondos miembros

Entre los aspectos que conectan los conceptos de filantropía comunitaria y justicia socioambiental se encuentran la valoración de las propias comunidades locales como protagonistas en la toma de decisiones, reconociendo su conocimiento y liderazgo sobre su futuro, y la redistribución equitativa de recursos como una forma de combatir desigualdades tanto ambientales como sociales.

Ambas buscan enfrentar desigualdades históricas, como el racismo ambiental y la marginación de los pueblos indígenas, al tiempo que promueven una transformación sistémica que aborde las causas estructurales de estas desigualdades y fomente modelos de desarrollo más sostenibles e inclusivos.

La conexión entre la filantropía comunitaria y la justicia socioambiental se refleja en las prácticas de los fondos miembros de Alianza. Ejemplos de este enfoque pueden verse en el Banco de Proyectos Comunitarios Rurales de Argentina, una iniciativa liderada por el fondo Red Comunidades Rurales, que surgió durante la pandemia de COVID-19, un momento en el que las comunidades enfrentaban desafíos como el aislamiento y la falta de conectividad.

El banco se estructuró en tres pilares principales: movilización de recursos financieros y no financieros, apoyo directo a proyectos comunitarios y comunidades de aprendizaje para el intercambio de conocimientos. Con una gobernanza democrática y representativa, que involucró a líderes de diversas ecorregiones, el banco apoyó 55 proyectos y benefició a más de 20.000 personas, destacando la importancia de la equidad y la perspectiva local en el fortalecimiento de la identidad y capacidades de las comunidades rurales.

En el caso del Fondo Emerger de Colombia, su enfoque de filantropía comunitaria se refleja en la forma en que el fondo se relaciona con las comunidades a las que busca apoyar, alejándose de prácticas tradicionales del sector filantrópico que suelen ser impositivas y desconectadas de las realidades locales. Las convocatorias del fondo priorizan recursos locales y la autogestión, promoviendo intercambios y aprendizajes entre pares. Además, el fondo se basa en principios de confianza, valoración de los saberes locales y empoderamiento comunitario, creando relaciones horizontales y colaborativas. Como resultado, Emerger es reconocido como un aliado en el territorio, rompiendo relaciones de dependencia.

En Bolivia, la Fundación Socioambiental Semilla trabaja con organizaciones indígenas y grupos marginados, ofreciendo un apoyo basado en la horizontalidad, la confianza y la flexibilidad. Su enfoque incluye convocatorias abiertas, permitiendo que las comunidades presenten soluciones basadas en sus propias necesidades y realidades, sin la imposición de modelos predefinidos. Además, el fondo brinda un acompañamiento continuo, tanto en la gestión administrativa como en el monitoreo de las iniciativas, asegurando el intercambio constante de experiencias y la conexión con otras organizaciones. Semilla fortalece la autonomía de las comunidades que apoya y amplifica el alcance de sus iniciativas al generar una red colaborativa.

Visita de campo: conectándose con las comunidades
Localidade de Malinalco, Estado de México, onde se realizou la visita de campo, conectando con iniciativas comunitarias clave. (Foto: Alejandro Mejía/FASOL)

El 24 de febrero, Juliana Tinoco, Coordinadora Ejecutiva de Alianza, participó en una visita de campo a las iniciativas de la Fundación Comunitaria Malinalco (FCM), en el Estado de México. Acompañada por representantes de FASOL, fue recibida por el equipo de FCM, que presentó sus instalaciones y compartió su trabajo en áreas como la defensa ambiental y el fortalecimiento comunitario.

FCM es un aliado territorial de FASOL, desempeñando un papel clave en la conexión directa con las comunidades locales. Estas alianzas se establecen de manera continua, asegurando que la colaboración entre organizaciones esté verdaderamente arraigada en las realidades locales y en las necesidades emergentes de la región.

La comitiva también se reunió con la Brigada Comunitaria Tlecuilco, un grupo de habitantes locales que trabaja voluntaria y autogestionadamente en la prevención y combate de incendios forestales. La brigada, apoyada por FCM y financiada por FASOL, es un ejemplo concreto de cómo la filantropía comunitaria fortalece la resiliencia local, permitiendo que las comunidades desarrollen soluciones para los desafíos ambientales que enfrentan diariamente.

“La Fundación Comunitaria Malinalco es un excelente ejemplo de la importancia de estas instituciones, que se dedican a promover la ciudadanía a través del compromiso de los actores y la articulación de las necesidades de estas comunidades”, señala Juliana. “En asociación, las fundaciones comunitarias y los fondos locales funcionan como una red de fortalecimiento para que las propias comunidades puedan desarrollar sus acciones prioritarias”, reflexiona.

El grupo de visita de campo a Malinalco, profundizando en la relación entre FASOL y la Fundación Comunitaria Malinalco (FCM). (Foto: Alejandro Mejía/FASOL)

El apoyo de FASOL y la participación de Alianza en el Encuentro Arrecife 2025 reafirman nuestro compromiso con la construcción de un modelo de financiamiento que, más que solo brindar apoyo, respeta y valora el liderazgo comunitario. En tiempos de crisis interconectadas – ecológicas, climáticas, sociales y políticas – la filantropía comunitaria se convierte no solo en una respuesta a estas adversidades, sino en un camino para revertir la centralización del poder y los recursos. Al fortalecer organizaciones y colectivos locales, promueve una transformación profunda en las estructuras de poder, contribuyendo a un futuro más justo y sostenible.

Lo que aprendemos de la filantropía comunitaria, con sus valores de colectividad, corresponsabilidad y distribución de recursos para el bien común, es que, en momentos de crisis, estar en comunidad se vuelve esencial.

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